Oración de la Mañana

3 de marzo

 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo:

Seis días más tarde, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo». Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis». Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos». 

Reflexión 

Las vestiduras blancas, signo de victoria, nos animan y alientan en medio de las dificultades. Es un modo de decir:”¡Adelante!” Está asegurada la victoria de Jesús sobre la cruz, su resurrección. Te pedimos, Señor, que nos ilumines en nuestra vida con tu luz; renuévanos con la luz de tu amor; Transfigura, cambia, nuestra vida personal, familiar y eclesial. Que cuando tengamos dificultades recordemos quién eres y cuál es el final que nos aguarda.