Oración de la Mañana
29 de noviembre
Primer Domingo de Adviento
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las
gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los
astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y
majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra
liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de
la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre
todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por
venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
Reflexión:
Este mensaje es particularmente esperanzador. Aunque habla de eventos aterradores, Jesús asegura que estos son preludio de la redención y el cumplimiento del plan divino. Es un llamado a estar alertas y preparados, a no dejarnos absorber por el estrés y las preocupaciones de la vida cotidiana, y a vivir con una perspectiva eterna.
El consejo de «Velad, pues, en todo tiempo, orando para que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán» nos insta a una vigilancia activa y constante, basada en la oración y la preparación espiritual. Nos recuerda la importancia de mantener una conexión viva con la fe, esperando con esperanza el cumplimiento de las promesas divinas.
¿Cómo ves tú la relación entre estos signos y la esperanza que Jesús ofrece?