Oración de la Mañana
7 de octubre
VER A DIOS EN LOS DEMÁS
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa durante unas inundaciones y el agua le llegaba a los pies.
Poco después, pasó un individuo remando en una canoa y le gritó:
– “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?”.
– “No, gracias – replicó el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre hasta la cintura. Entonces pasó por allí una lancha de motor.
– “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” – gritó el que la llevaba.
– “No, gracias – respondió el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba hasta al cuello del individuo, llegó un helicópte- ro.
– “¡Cójase a la cuerda – gritó el piloto -. Yo le subiré”.
– “No, gracias – dijo el hombre por tercera vez -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en el tejado, casi cubierto por las aguas. Después de haber pasado horas allí, el pobre hombre no pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su recompensa.
Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso, se halló frente al Creador y se quejó de lo ocurrido:
– “Señor – le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me salvarías y me abandonaste. ¿Por qué?”
A lo cual le replicó el Señor:
– “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”.
REFLEXIÓN:
Dios se nos presenta en las acciones cotidianas de nuestro alrededor cada día. Las buenas personas que nos rodean son una muestra del amor que Dios nos tiene y cada uno de nosotros debemos ser también muestra de la bondad de Dios.