Oración de la Mañana
4 de diciembre
El adviento nos trae noticias asombrosas:
- Dos horizontes que parecían irremediablemente distanciados, el del cielo y el de la tierra, están ahora unidos.
- Dios no es ya un Dios de lejos, sino que se hace ahora definitivamente un Dios de cerca.
- En la persona de Jesús, su Hijo, Dios se “incardina” y se “domicilia” para siempre en nuestra humanidad para formar parte de ella.
- Se nos invita a aceptar que esa proximidad de Dios nos vaya transformando, configurando y haciendo afines con ÉL.
Oramos.
Te bendecimos y te damos gracias, Dios Padre nuestro,
Porque tu Hijo Jesús ha querido venir a habitar entre nosotros.
Ayúdanos a buscarle en cada uno de nuestros hermanos,
Especialmente en los que su presencia aparece más escondida.
Dios Padre nuestro, ilumina la mirada de todos
Los que formamos la Iglesia de tu Hijo
para que sepamos descubrir los brotes de vida
que tú mismo haces nacer a nuestro alrededor.
Te pedimos que todos los que de alguna manera ejercen
Tareas de responsabilidad, dentro y fuera de tu Iglesia,
Sepan vivirlo en la clave de servicio que nos enseña el Evangelio.
Amén.