Oración de la Mañana

12 de enero

Lectura del santo Evangelio según San Juan (Jn 1, 29-34) 

Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)». 

Reflexión 

Por medio de Andrés, su hermano, Pedro conoce a Jesús. Éste le cambia el nombre:”en adelante te llamarás Pedro”. ¿Qué tienen de especial algunas personas para que las sigan sin pensar? La respuesta es que están llenas del Espíritu de Dios. Atraen porque se ve en ellas modelos de vida con sentido. Pero eso sólo no basta. Hay que conocerlas, vivir con ellas, sentir con ellas. Esa atracción inicial hay que mantenerla, alimentarla para que no se apague, sino que dé más luz. Señor, te pedimos para que siempre haya personas que nos iluminen, que nos acerquen más a ti, que nos enseñen cómo movernos en este mundo y que, por qué no, que nosotros seamos faro para otras muchas personas.