Oración de la Mañana
3 de mayo
Lectura del santo Evangelio según San Juan
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros».
Reflexión
Si algo nos ha de caracterizar por ser “amigos” de Jesús, es la práctica del amor. Lo que más desea Dios de cada uno de nosotros es que nuestra vida sea un reflejo de su amor. Amar significa salir de uno mismo para ir al encuentro de la otra persona. Podemos hacerlo en nuestros hogares, en el colegio, con los amigos, los vecinos… Que el amor sea nuestra principal característica.