Oración de la Mañana

16 de septiembre

“Una estrella de mar” 

Cierto día, caminando por la playa, reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé, me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar. Intrigado, le pregunté sobre lo que estaba haciendo, y él me respondió: 

Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la marea es baja, y estas estrellas han quedado en la orilla; si no las arrojo al mar, morirán aquí por falta de oxígeno. Entiendo —le dije—, pero debe de haber miles de estrellas de mar sobre la playa… No puedes lanzarlas todas. Son demasiadas. Y quizá no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido? El nativo sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina; y mientras la lanzaba de vuelta al mar, me respondió: ¡Para ésta sí tiene sentido!   

Hacer cosas que aparentemente no producen efectos visibles, a mí me hace mejor persona y, de camino, ayudo a los demás. ¿Reconozco la dignidad de cada «estrella» que me encuentro en la vida o quizá soy demasiado utilitarista? 

 

PADRE NUESTRO y despedida