Oración de la Mañana
23 de enero
Los tres animalitos, y el valor de la amistad
Don Pato, Don Ratón y Don Conejo eran tres buenos amigos. Vivían felices y contentos. Solían verse con frecuencia. Una tarde cualquiera, los tres fueron a pasear al campo a buscar comida. Don Pato se encontró con un huerto lleno de tomates. Comió uno y tomó dos más para regalarle a sus buenos amigos. —¡Qué dulce y sabroso está! —exclamó Pato mientras comía. Antes de retirarse a descansar, Pato dejó un tomate en la puerta de cada uno de sus amigos. Don Ratón, por su parte, se topó con un queso exquisito. Comió un buen trozo y reservó dos porciones más para sus amigos. Antes de irse a casa, dejó su regalo en la puerta de Don Pato y Don Conejo. El tercero de los amigos, Don Conejo, se encontró un buen montón de zanahorias. Dio buena cuenta de una de ellas y apartó las otras dos, acordándose de Pato y Ratón, dejó una zanahoria junto a la puerta de la casita de ambos. A la mañana siguiente, al abrir sus respectivas puertas, los tres se encontraron con la comida completa y bien puesta. Decidieron, llenos de alegría, ir a darse el banquete junto al río. Los tres amigos se presentaron en el mismo sitio, a la misma hora y con semejante comida. Todos se dieron cuenta de lo sucedido y, muy felices, celebraron su amistad por todo lo alto.
Reflexión:
Dicen que los amigos son “la familia que elegimos”. La amistad es uno de los valores que hay que cultivar día a día. Estas relaciones interpersonales están basadas en el amor y respeto. Esta historia anónima es un gran ejemplo de verdadera amistad: los personajes piensan los unos en los otros cuando buscan sus alimentos y no dudan en compartirlo en forma de regalo.