Oración de la Mañana
21 de octubre
COMPETITIVIDAD
El Maestro deploraba los males que acarreaba la competitividad.
“¿Acaso el competidor no hace aflorar lo mejor que hay en nosotros?”, le preguntaron.
“Todo lo contrario: hace aflorar lo peor, porque te enseña a odiar”.
“¿Odiar… qué?”
“Odiarte a ti mismo, por permitir que tu actividad venga determinada por tu competidor, no por tus propias necesidades y limitaciones; y odiar a los demás, porque lo que buscas es triunfar a su costa”.
“¡Pero eso suena a una especie de réquiem por el cambio y el progreso!”, protestó alguien.
“El único progreso que hay – dijo el Maestro – es el progreso del amor y el único cambio digno de producirse es el cambio del corazón”.
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
Reflexión:
Seamos competitivos con nosotros mismos y con nuestras metas, que esa competitividad nazca del interior y hacia el interior.