Oración de la Mañana

30 de abril

CUENTO: “EL DÍA DE LOS HÉROES” 

Era un día especial en la escuela. Todos los niños debían sacar al héroe que llevaban dentro. Días atrás la profesora había explicado en clase que en el Día de los Héroes cada uno debía hacer una heroicidad en la comunidad. Debían buscar qué se les daba bien hacer, qué don tenían para hacer el bien, y además debían esforzarse mucho, tanto o más como se esforzaban los superhéroes a los que admiraban. 

Jaime quería ser muy fuerte. Por ello decidió ponerse en la puerta del mercado para ayudar a llevar las bolsas a las mamás y a los papás que se acercaban a comprar. Sudó mucho, pero el esfuerzo valió la pena. Si seguía trabajando duro acabaría teniendo músculos grandes y así podría ayudar a muchas más personas. 

A Matilde lo que más le gustaba era leer, por lo que quiso que su afición se convirtiera en su don. Llenó su mochila de libros de la biblioteca del colegio. Había de todo: poesía, novela y teatro. Y se encaminó al centro de la Tercera Edad para leer fascinantes historias a los abuelitos. El premio a su esfuerzo por leer palabras muy difíciles fue un sinfín de besos y abrazos. 

A Pedro no le gustaba estudiar. Pero se le daban bien los deportes, sobre todo el baloncesto. Pensando en jugar y pasárselo bien decidió enseñar a encestar y a botar el balón a los niños más pequeños del parque. Tuvo que esforzarse por ser muy paciente con los más chiquitines ya que a estos les costaba más hacerse con el balón. Pero al final todos lo consiguieron y pasaron una gran tarde. 

Todos los niños del colegio descubrieron que ser un héroe no era solo disfrazarse, sino que era un trabajo muy duro y requería mucho esfuerzo. Pero también aprendieron a trabajar por el bien común y que ayudar a los demás reportaba muchos nuevos amigos, risas, aplausos y abrazos. 

Reflexionamos: 

Existen superhéroes que no necesariamente tienen que llevar capa: hay muchos gestos que tienen un trasfondo precioso, gestos pequeños como una sonrisa de alguien por la calle, un saludo, o un -cómo estás-, existen muchos superhéroes que ni ellos mismos saben que lo son. 

La misión que Jesús nos encomienda se parece en cierta forma a este modo de ser un superhéroe, es una misión muy concreta, dar a conocer el mensaje de Dios a los demás. 

  • ¿Qué semejanzas encuentras? 
  • ¿Cómo lo harás? 
  • ¿Qué acción concreta es para ti anunciar a Jesús?