Oración de la Mañana

29 de septiembre

Lectura del santo evangelio según san Mateo

En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis». 

Reflexión 

Hoy celebramos la festividad de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Pero, ¿quiénes son los arcángeles? 

Desde la antigüedad, se considera que los ángeles tienen diferentes grados y dignidades. Los tres arcángeles ocupan las esferas más altas de esta jerarquía angélica. Ellos también tienen tareas similares a las de los ángeles ordinarios, pero sus deberes son aún mayores e importantes. Es su deber contemplar a Dios, día y noche, glorificándolo. Sus mismos nombres sugieren su papel y su propia naturaleza: todos terminan con “El”, que significa “Dios”. 

La Sagrada Escritura atribuye a cada Arcángel una misión particular. 

Miguel es el guerrero que lucha contra Satanás y sus emisarios, el defensor de los que aman a Dios, el protector del pueblo de Dios. 

Gabriel es uno de los espíritus más cercanos a Dios, frente a su Trono celestial, quien le reveló a Daniel los secretos del plan de Dios, anunciado a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista, y a María el de Jesús.

Rafael está frente al trono de Dios, acompaña y protege a Tobías en su peligroso viaje y cura a su padre de la ceguera y su futura esposa de la influencia del maligno. 

En general, por lo tanto, la tarea de los tres Arcángeles, aparte de la contemplación de Dios, es comunicar al hombre de diferentes maneras su voluntad, ser una inspiración para los seres humanos. 

Pidamos al Señor, que por mediación de sus arcángeles, sepamos escuchar su voz y hacer lo que Él nos pide en cada momento.