Oración de la Mañana
4 de octubre
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». 3Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». 4Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». 5Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. 6Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. 7Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer 8y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». 10En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. 11Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. 12Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». 13Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. 14Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. 15En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». 16Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.
Reflexión
Los fariseos quieren poner a prueba a Jesús con preguntas malintencionadas. Quieren saber si Jesús es permisivo o estricto con la Ley de Moisés. Pero Jesús, sabiendo que querían ponerlo en apuros, contesta de manera sabia. Se remonta a los orígenes de la creación: “Lo que Dios ha unido, que no lo separa el hombre”. Es decir, el proyecto de Dios, está por encima de la ley que elabora el hombre. Hoy hacemos normas y leyes que permitan “todo”, sea bueno o malo para el hombre y la mujer: dividen, desintegran, deshace las relaciones de amor, de amistad… Señor, ayúdanos a encontrar tu voluntad de amarnos y que esa sea nuestra “norma” de vida.