Oración de la Mañana
22 de octubre
LA HOJA QUE NO QUERÍA AGUA
Había una vez una planta muy joven en la que se ponían grandes esperanzas. Tenía cuatro bonitas hojas resplandecientes al rocío y al sol. Un día se reunieron las cuatro. Una dijo: “Yo quiero permanecer unida al arbolito, pero en lo sucesivo he decidido prescindir del agua y quiero que respetéis mi libertad”.
Las otras tres hojas decidieron aceptar lo que su compañera les pedía.
Se instaló un ingenioso sistema de paraguas. Con el buen tiempo el paraguas se cerraba y se había cuando amenazaba la lluvia.
Y he aquí que el arbolito tan prometedor dio signos de debilidad y murió. Cada hoja fue llevada por el viento a un sitio distinto.
La hoja eligió hacer lo que ella quería, y ya vemos el resultado. Los misioneros y misioneras han elegido hacer lo que es bueno para todos, aunque eso les obligue a renunciar a algunas cosas.
REFLEXIÓN
- ¿Qué se podría haber hecho: pedir a la hoja que no quería agua que se marchara a otro sitio, llegar a un compromiso…?
- ¿Quién es más libre: la hoja o un misionero? ¿Por qué?