Oración de la Mañana

9 de enero

EL ZORRO MUTILADO 

Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.  

Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: «Voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y éste me dará cuanto necesito».  

Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía: «¡Oh, tú, que te hayas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado». 

Por la calle vi a una niña aterida y tiritando de frío dentro de un ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me enfadé y le dije a Dios: «¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?». Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: «Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti». 

 Reflexión: 

Esta fábula nos enseña que debemos dejar atrás las actitudes individualistas y egoístas. Tenemos que esforzarnos por ser personas solidarias y procurar ayudar a los demás. Con esa entrega al prójimo no solamente nos ayudamos a nosotros mismos, sino también mejoramos el mundo en el que vivimos. 

Se nos ha dado la oportunidad de elegir: actuar como el tigre o arrinconarnos esperando una ayuda que nunca va a llegar. 

  • ¿Qué tipo de actitud adoptas tú? 
  • ¿Eres capaz de actuar como el tigre? ¿Con quién crees que deberíamos actuar así?