Oración de la Mañana

15 de enero

Durante esta semana en concreto el jueves 18 comienza la semana de oración por la unidad de los cristianos. Hoy lunes comenzamos la semana con esta reflexión y oración.  

Maestro, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna? (Lc 10,25) 

Ayúdanos, Señor, a orientar nuestra vida hacia ti 

Reflexión 

«¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna?». Esta pregunta crucial formulada por un maestro de la ley a Jesús sigue interpelando a todo creyente en Dios. Afecta el significado de nuestra vida en la tierra y en la eternidad. En otra parte de la Biblia, Jesús ofrece la definición definitiva de la vida eterna: «… que te reconozcan a ti, como único Dios verdadero y a Jesucristo como a tu enviado» (Jn 17,3). Conocer a Dios significa descubrir y hacer su voluntad en nuestras vidas. Toda persona quiere una vida de plenitud y verdad, y Dios lo desea también para nosotros (cf. Jn 10,10). San Ireneo dijo: «La gloria de Dios es que el hombre viva». 

Las realidades existenciales de la vida, con divisiones, egoísmos y sufrimientos, a menudo nos alejan de la búsqueda de Dios. Jesús vivió el misterio de la comunión íntima con el Padre, que desea llenar a todos sus hijos de la plenitud de la vida eterna. Jesús es «el camino» que nos lleva al Padre, nuestro destino final. 

Así, nuestra búsqueda de la vida eterna nos acerca a Jesús, y al hacerlo nos acerca unos a otros, fortaleciendo nuestra cercanía en el camino hacia la unidad de los cristianos. Estemos abiertos a la amistad y a la colaboración con los cristianos de todas las Iglesias, orando por el día en que todos podamos estar juntos en la mesa del Señor. 

Oración 

Dios de vida, 
tú nos has creado para tener vida, y vida en toda su plenitud. 
Que reconozcamos en nuestros hermanos y hermanas su deseo de vida eterna. 
Que podamos guiar a otros a ti a medida que seguimos el camino de 
Jesús con determinación. 
Oramos en su nombre. Amén. 

 

Y terminamos rezando a María: “A tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita.”