Oración de la Mañana

26 de enero

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (Mt 5, 1-12 )  

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo: 

“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. 

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos. 

Reflexión 

Hoy, y como siempre, Jesús está instalado en el Espacio Sagrado de mi corazón. Yo lo oigo a Él y sus palabras de vida. ¿Qué Bienaventuranza encuentro más importante? ¿Cuál me estimula más, en este momento, para mi vida? 

Las Bienaventuranzas me revelan lo que Jesús valora en nuestra vida. Ellas me revelan lo que Jesús busca y alaba. Con Jesús yo reviso mi propia vida y mis actitudes.