Oración de la Mañana
30 de abril
La amistad
Don Pato, Don Ratón y Don Conejo eran tres buenos amigos. Vivían felices y contentos. Solían verse con frecuencia.
Una tarde cualquiera, los tres fueron a pasear al campo a buscar comida.
Don Pato se encontró con un huerto lleno de tomates. Comió uno y tomó dos más para regalarle a sus buenos amigos.
—¡Qué dulce y sabroso está! —exclamó Pato mientras comía.
Antes de retirarse a descansar, Pato dejó un tomate en la puerta de cada uno de sus amigos.
Don Ratón, por su parte, se topó con un queso exquisito. Comió un buen trozo y reservó dos porciones más para sus amigos. Antes de irse a casa, dejó su regalo en la puerta de Don Pato y Don Conejo.
El tercero de los amigos, Don Conejo, se encontró un buen montón de zanahorias. Dio buena cuenta de una de ellas y apartó las otras dos, acordándose de Pato y Ratón, dejó una zanahoria junto a la puerta de la casita de ambos.
A la mañana siguiente, al abrir sus respectivas puertas, los tres se encontraron con la comida completa y bien puesta. Decidieron, llenos de alegría, ir a darse el banquete junto al río.
Los tres amigos se presentaron en el mismo sitio, a la misma hora y con semejante comida. Todos se dieron cuenta de lo sucedido y, muy felices, celebraron su amistad por todo lo alto.
Dicen que los amigos son “la familia que elegimos”. La amistad es uno de los valores que hay que cultivar día a día. Estas relaciones interpersonales están basadas en el amor y respeto, también por la lealtad y la confianza mutua. Por eso, es importante inculcar su importancia desde edades muy tempranas.