Oración de la Mañana

28 de mayo

Carta de la Virgen a sus hijos. 

«A ti, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme. Que tantas veces, te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te pierdas. A ti, que no siempre crees que estoy a tu lado, que me buscas sin hallarme y pierdes la fe de encontrarme. Que piensas que soy sólo un recuerdo y no llegas a comprender que estoy viva.  

Hoy, quería recordarte que en el principio de tu vida estaba yo, y lo estaré al final de tu vida, porque mi tema preferido es el AMOR. 

Estoy segura que en tu corazón, tienes un tesoro escondido: no tengas miedo de mostrarlo. Te encontrarás a ti mismo y te sorprenderás cuando descubras cuánto tienes aún para dar. ¡Cómo espero verte crecer humanamente!  

Recuerda que yo también tuve momentos difíciles, pero aún así, con mi propia debilidad, cogí fuerzas para cumplir lo que mi Hijo me encomendó. 

Por eso, cada vez que sientes que aflojas en tu perseverancia, búscame. Cada vez que te sientas cansado, háblame. Cada vez que te creas poca cosa, no te olvides que el Señor me eligió por mi pequeñez y honró mi sencillez. No te canses de pedirme, que yo no me cansaré de darte. No te canses de seguirme, que yo no me cansaré de acompañarte. Nunca te dejaré solo. Y recuerda que como alguna vez le dije a Juan, a ti también te digo: Aquí me tienes, a tu lado».