Oración de la Mañana

20 de septiembre

Lectura del santo evangelio según San Marcos:

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Reflexión:

En el evangelio que se proclamará este domingo Jesús, como en tantos otros textos, nos pone como ejemplo a los niños en relación con el Reino de Dios. ¿Por qué hace esto Jesús? Los niños tienen el corazón limpio, no guardan rencor, tienen ilusión por la vida, no discriminan a la gente por sus diferencias, todo les llama la atención, todo les hace felices pero sobre todo confían en su Padre. Por todo esto cada día, debemos tener el propósito de hacernos más niños para que así nos sea más fácil acceder al Reino de Dios.