Oración de la Mañana
10 de octubre
Lectura del santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!”.
Al verlos, Jesús les dijo: “Id a presentaros a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?”. Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.
Palabra del Señor.
A. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Nos recordaba el Papa Francisco lo importante que es aprender a dar gracias a Dios y a los demás. Los diez leprosos fueron curados, pero sólo uno regresó a reconocer el don recibido. Muchas veces pedimos ayuda, pero pocas veces nos paramos a agradecer. La gratitud nace de un corazón humilde y nos llena de alegría verdadera.
Pregunta para ti hoy: ¿Soy de los que sólo piden o también de los que saben volver a dar gracias?