Oración de la Mañana

5 de diciembre

 

Lectura del santo evangelio según San Mateo

Por aquellos días, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». 

Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: «Voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”». 

Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. 

Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. 

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? 

Dad el fruto que pide la conversión. 

Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. 

Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego. 

Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. 

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. 

Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga». 

Palabra del Señor  


Reflexión: “Prepara el camino… también tú”
 

En el evangelio de hoy aparece Juan el Bautista, una figura un poco rara: vive en el desierto, viste pieles, come miel y saltamontes… pero sobre todo grita un mensaje claro: 

“Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos”. 

Juan invita a preparar el camino para que Jesús pueda entrar en el corazón de las personas. No se trata solo de hacer penitencia, sino de cambiar la forma de pensar y de vivir. Juan habla de una conversión profunda, algo así como hacer “reset” para dejar espacio a Dios en medio del ruido, la rutina o la indiferencia. 

Hoy, ese “desierto” puede ser nuestro propio corazón: cuando nos cerramos, cuando nos da igual el sufrimiento de otros, cuando vivimos con prisas o solo pensamos en nosotros mismos. En ese desierto, Dios quiere que brote algo nuevo.
Juan nos grita: “¡Despierta! ¡Cambia! ¡Dios viene y quiere encontrarte!”. 

El Adviento es justo eso: preparar el camino para que Jesús pueda llegar a nuestra vida. No con adornos ni luces, sino con actitudes nuevas:

  • Pedir perdón cuando cuesta.
  • Escuchar más y criticar menos. 
  • Hacer un gesto de cariño, aunque nadie lo espere. 
  • Atreverse a ser justo, aunque otros se burlen. 
  • Juan el Bautista no tenía todas las respuestas, pero sabía que Dios sí las tenía, y que venían de la mano de Jesús. Por eso su mensaje sigue siendo actual:   “Cambia lo que tengas que cambiar, porque Dios está cerca, muy cerca, y quiere transformar tu vida”.

Pensamos …  

  1. ¿Qué cosas en mi vida necesitan “allanarse” o “cambiar de rumbo” para dejar pasar a Jesús? 
  1. Si Juan el Bautista apareciera hoy en el colegio o en la ciudad, ¿qué crees que nos diría?