Oración de la Mañana
19 de diciembre
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Reflexión – 4º Domingo de Adviento: “José, el hombre que confió”
En este último domingo de Adviento, la figura de San José se nos presenta como un ejemplo de fe silenciosa, confianza y valentía. Él tenía sueños sencillos: formar una familia, vivir en paz, amar y ser amado. Pero de repente, sus planes se rompen. María, su prometida, espera un hijo… y José no entiende nada.
Podría haberse alejado, enojado o juzgado. Sin embargo, elige el camino de la misericordia. No busca vengarse ni señalar. En medio de su confusión, deja espacio para que Dios hable. Y en un sueño, el Señor le muestra su plan: “No temas acoger a María, porque el niño que espera viene del Espíritu Santo”.
José confía. No pregunta, no discute, simplemente se fía de Dios. Y así, sus sueños se transforman en los sueños de Dios. Lo que parecía una crisis se convierte en el inicio de la salvación: Dios está con nosotros, Emmanuel.
También nosotros tenemos sueños, proyectos, deseos… y a veces la vida nos los cambia de golpe. Pero José nos enseña que cuando dejamos espacio a Dios, incluso lo que no entendemos puede convertirse en bendición.
El Adviento termina, y llega la Navidad: Dios no solo viene a nuestro mundo, viene a nuestra historia concreta, con sus miedos y sus dudas. Nos dice: “No temas, yo estoy contigo”.
Como José, aprendamos a escuchar, confiar y dejar que Dios entre en nuestros planes.
Oración final:
Señor Jesús,
enséñanos a confiar como José,
a no tener miedo cuando la vida cambia,
a abrir el corazón a tus sorpresas.
Que esta Navidad te recibamos con fe y alegría,
porque tú eres Dios-con-nosotros,
el Emmanuel que trae esperanza.
Amén.